El consumo de energía eléctrica registró una baja del 0,4% en 2024, alcanzando los 140,2 Teravatios/hora. Este descenso, el primero desde 2020, se produjo en un contexto de caída del PBI proyectada entre el 2,5% y el 3%. La demanda residencial experimentó la mayor caída, mientras que los sectores comercial e industrial mostraron leves incrementos.
Un informe detalló que en diciembre de 2024, la demanda del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) fue de 11.505,4 GWh, lo que representó una caída del 2,2% en comparación con el mismo mes del año anterior. La demanda residencial, que constituye el 45% del total, registró una caída interanual del 5,7%. Sin embargo, sectores como el comercial y el industrial vieron un incremento en su demanda, con un crecimiento del 1,3% y 0,3%, respectivamente.
Las caídas en el consumo de electricidad fueron desiguales a nivel nacional. Mientras algunas provincias como Formosa, Chaco y Córdoba experimentaron disminuciones significativas, otras, como Chubut y La Rioja, registraron aumentos en la demanda. Esta variabilidad por regiones genera desafíos para la planificación energética, obligando a las autoridades a adoptar medidas de eficiencia para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
En cuanto a la generación de energía, la térmica sigue liderando con un aporte del 51,19% del total, seguida de las fuentes hidroeléctricas (22,69%), nucleares (7,09%) y renovables (15,53%). La importación de energía representó solo el 3,49% del consumo. La caída del consumo y el comportamiento dispar de las provincias resaltan la necesidad de políticas energéticas que puedan responder a estos desafíos y evitar futuros colapsos en el sistema.