En la Mesa Bonaerense convocada en Casa Rosada, dirigentes del PRO plantearon fallas en la fiscalización y pérdida de votos propios. También enviaron un mensaje de apertura a los referentes que se alejaron tras el cierre de listas.
En la segunda reunión de la Mesa Bonaerense, encabezada por Karina Milei en Casa Rosada, representantes del PRO expusieron tres preocupaciones centrales tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires: las fallas en la fiscalización, la ausencia de votantes macristas desencantados y las internas dentro del gobierno nacional. Con la presencia de Cristian Ritondo, el espacio analizó el acuerdo con La Libertad Avanza y defendió que la alianza resultó clave para evitar una derrota más amplia frente al peronismo unido.
Los dirigentes remarcaron que el partido perdió cinco bancas en la Legislatura bonaerense y que, de las 13 que arriesgaba en Diputados y 9 en el Senado, solo retuvo siete escaños provinciales y unos 100 concejales. Aun así, sostuvieron que sin el acuerdo con los libertarios no hubieran superado el 8% de los votos. Desde el entorno de Ritondo insistieron en que la división de sectores opositores favoreció al peronismo y que con acuerdos más amplios se hubieran ganado seis de las ocho secciones electorales.
De cara a octubre, el PRO bonaerense inició un repliegue táctico y sus dirigentes se limitaron a expresar respaldo al Presupuesto 2026 presentado por Milei. Voces como las de Ritondo, Diego Santilli y Alejandro Finocchiaro llamaron a sostener el rumbo económico y el equilibrio fiscal. En paralelo, Mauricio Macri convocará a candidatos del espacio para delinear una estrategia común. Desde la mesa política señalaron que habrá “tábula rasa” para quienes se alejaron y quieran reincorporarse, entre ellos jefes comunales como Pablo Petrecca, María José Gentile, Diego Reyes o Javier Martínez, con la consigna de reforzar la fiscalización y recuperar volumen político en la provincia.
