La central obrera anticipó más reclamos y movilizaciones para presionar al Gobierno y acompañar al peronismo rumbo a las elecciones del 26 de octubre. Dirigentes señalaron que el conflicto será político y no se resolverá con huelgas.
La CGT reunió a sus principales referentes y definió que en las próximas semanas adoptará una estrategia más dura frente al Gobierno de Javier Milei, en línea con el fortalecimiento del gobernador Axel Kicillof luego del triunfo en la Provincia de Buenos Aires. Los gremios previeron intensificar las presiones por las paritarias y multiplicar las movilizaciones, aunque ratificaron que no convocarán a nuevos paros generales.
En el sector más dialoguista, dirigentes como Gerardo Martínez de la UOCRA remarcaron que “nadie quiere que se caiga el Gobierno”, y plantearon la necesidad de que Milei habilite un ámbito de acuerdos para revisar medidas urgentes. Otros sectores, más cercanos a Kicillof, afirmaron en cambio que la central sindical debe trabajar directamente para asegurar la victoria del peronismo en octubre y consolidar mayorías parlamentarias a partir de diciembre.
El fortalecimiento del gobernador en la interna peronista también reposicionó a figuras cegetistas como Héctor Daer (Sanidad) y Andrés Rodríguez (UPCN), mientras crecen nombres como Cristian Jerónimo (vidrio) y Maia Volcovinsky (judiciales) para el próximo triunvirato. En los festejos de La Plata se mostraron junto a Kicillof referentes de la CTA como Hugo Yasky y Roberto Baradel, además de dirigentes sindicales alineados con Cristina Kirchner como Sergio Palazzo y Vanesa Siley.
Los gremios interpretaron que la derrota libertaria en Provincia respondió al malestar económico y no a episodios puntuales de corrupción. Con ese diagnóstico, anticiparon más reclamos por reapertura de paritarias y aumentos sin topes del Ministerio de Economía. Al mismo tiempo, descartaron que las huelgas generales modifiquen el rumbo: “El tema es político y por eso hay que apuntar a ganar las elecciones”, señaló un referente cegetista.
