Tras la renovación de autoridades y las tensiones internas en la central obrera, la Casa Rosada espera un escenario más favorable para avanzar con el proyecto de reforma laboral que se debatirá en diciembre. El Consejo de Mayo quedará bajo la conducción de Manuel Adorni.
El Gobierno nacional observa con atención la reciente renovación de autoridades en la CGT, marcada por fracturas y el alejamiento de algunos gremios, entre ellos la UTA. En la Casa Rosada confían en que la nueva conducción, encabezada por Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguros) y Cristian Jerónimo (Vidrio), contribuya a destrabar las negociaciones por la reforma laboral que Javier Milei planea enviar al Congreso el 15 de diciembre.
En paralelo, el Ejecutivo modificó a sus interlocutores: el jefe de Gabinete Manuel Adorni reemplazará a Guillermo Francos en la coordinación del Consejo de Mayo, ámbito en el que se elaboran las iniciativas de consenso. Adorni deberá encabezar el encuentro previsto para el 20 de noviembre, donde se retomarán los lineamientos del proyecto impulsado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
Pese a las diferencias internas, la nueva conducción de la CGT manifestó disposición al diálogo, aunque advirtió que no aceptará “vulneraciones de derechos”. En el Gobierno, en tanto, consideran que la fragmentación sindical podría facilitar el avance de la reforma laboral, que incluirá una simplificación registral y un blanqueo retroactivo de trabajadores. El proyecto formará parte de las sesiones extraordinarias convocadas entre el 10 y el 31 de diciembre, junto con los debates sobre Presupuesto 2026 y reforma tributaria.






