Referentes de distintas provincias responsabilizaron a la ex presidenta por la intervención de los partidos locales. En Buenos Aires, intendentes impulsan el recambio en la conducción del PJ Bonaerense.
La derrota electoral abrió una cadena de conflictos internos en el Partido Justicialista. En la provincia de Buenos Aires, sectores cercanos a Axel Kicillof y al kirchnerismo se cruzaron acusaciones por la estrategia que llevó a la caída en las urnas. Mientras desde el cristinismo apuntaron contra el Gobernador, en el kicillofismo responsabilizaron a Cristina Kirchner por el armado de listas. A este escenario se sumó la presión de los intendentes, que buscan desplazar a Máximo Kirchner de la presidencia del PJ Bonaerense antes de fin de año.
Los choques se extendieron al interior del país. En Salta, Jujuy y Misiones, tres distritos donde el PJ está intervenido desde la gestión de Cristina Kirchner, el oficialismo partidario quedó relegado al tercer puesto con menos de 16% de los votos. En Salta, el gobernador Gustavo Sáenz responsabilizó directamente a la ex mandataria por las divisiones y reclamó que devuelva la conducción de los partidos a sus autoridades legítimas. Situaciones similares atravesaron los justicialistas en Jujuy y Misiones, donde los enredos internos impidieron consolidar candidaturas competitivas.
En Tierra del Fuego, las fracturas del peronismo habilitaron el triunfo de La Libertad Avanza. La senadora Cristina López acusó al intendente Martín Pérez de romper la unidad y señaló que, de haberse presentado en una sola lista, el PJ hubiera superado el 50% de los votos. En La Pampa, el ex gobernador Carlos Verna reactivó la interna con críticas al ziliottismo y al senador Daniel Bensusán, mientras que dirigentes como Luciano Di Nápoli intentan posicionarse de cara al 2027.
El justicialismo quedó atravesado por disputas en múltiples frentes. Con la derrota todavía fresca y los liderazgos en discusión, los gobernadores, intendentes y referentes partidarios deberán definir en las próximas semanas si logran encauzar un proceso de reorganización o si el escenario de fragmentación continuará debilitando al histórico movimiento político.





