En el Foro Económico Mundial de Davos, Javier Milei criticó la ideología «woke» y las agendas progresistas, afirmando que distorsionaron los valores de Occidente. Destacó el liderazgo de Argentina en la lucha contra la inflación y abogó por una nueva política económica.
Milei participó del Foro de Davos, donde compartió su visión sobre varios temas globales que, según postuló, están afectando a las naciones occidentales. En su intervención, el presidente lanzó duras críticas contra las agendas progresistas.
Entre las frases más destacadas, Milei señaló que la ideología »woke» es un «virus mental» y un «cáncer» que debe ser erradicado. Además, aseguró que Occidente cayó en la complacencia, y que la paz post-Guerra Fría llevó a una debilidad fatal. Según el presidente, países como Estados Unidos, Israel, Italia, y Hungría formaron una alianza que promueve la defensa de la libertad, en contraposición con lo que él considera una hegemonía de la izquierda progresista global. En su discurso, Milei también abordó temas como el aborto, la inmigración masiva, y la ideología de género, rechazando diversas iniciativas relacionadas con estos temas, a los que calificó como “abusos” y “distorsiones”.
El presidente argentino también criticó las políticas migratorias impulsadas por lo que llamó el «wokismo», sosteniendo que los países occidentales, al intentar redimirse de sus supuestos pecados históricos, están cometiendo un suicidio colectivo al abrir sus fronteras indiscriminadamente. Con respecto a la ideología de género, Milei fue tajante, señalando que en sus versiones extremas puede derivar en abuso infantil, mencionando los tratamientos hormonales y mutilaciones a menores como ejemplos de “aberraciones”.
En cuanto a la situación de Argentina, Milei subrayó que el país está en un proceso de recuperación y que, al igual que hace más de 200 años, rompió sus cadenas y está invitando al mundo a abrazar el principio de la libertad. A lo largo de su intervención, el presidente también abogó por una drástica reducción del tamaño del Estado, limitando sus funciones únicamente a la defensa de la vida, la libertad y la propiedad, ideas que, según sostuvo, son fundamentales para el renacimiento de Occidente.
