El expresidente intervino de manera acotada en la previa electoral, respaldó a candidatos de su espacio y pidió que el gobierno nacional convoque al diálogo después del domingo.
El expresidente Mauricio Macri decidió acelerar recién en los últimos días de la campaña legislativa y defendió al PRO en medio de tensiones con La Libertad Avanza (LLA). Su participación resultó limitada: en la Ciudad de Buenos Aires apoyó únicamente a Fernando De Andreis, relegado al quinto lugar de la lista de diputados. El desaire a Patricia Bullrich, que lo había convocado públicamente a involucrarse, alimentó las versiones de pases de factura internos.
En la provincia de Buenos Aires, Macri respaldó a los candidatos Diego Santilli, Alejandro Finocchiaro, Florencia De Sensi y Javier Sánchez Wrba, quienes buscan achicar la diferencia de casi 15 puntos obtenida por Fuerza Patria en las primarias de septiembre. En paralelo, dirigentes como Cristian Ritondo intentaron bajar la tensión con LLA por la fiscalización en distritos clave como La Matanza y remarcaron que “el PRO va a estar y va a cuidar cada voto”.
De cara al domingo, el PRO proyectó que sus principales candidatos bonaerenses y porteños podrían acceder a sus bancas, aunque el optimismo es moderado. En la Ciudad, la lista de diputados que lidera Alejandro Fargosi generó dudas sobre el ingreso de De Andreis y Antonela Giampieri, lo que obligará a un resultado sólido de LLA para garantizar esas bancas. En el plano político, Macri adelantó que después de las elecciones esperará los primeros gestos de Javier Milei y reclamó que el oficialismo convoque a un diálogo “con humildad y honestidad” para avanzar en reformas con respaldo parlamentario.
En su entorno reconocieron que el futuro del PRO dependerá de la actitud presidencial. Si Milei da señales de acuerdo, la alianza se consolidará; pero si prevalece la desconfianza, crecerán las voces internas que impulsarán un perfil opositor con la mirada puesta en 2027. Mientras tanto, referentes del macrismo celebraron la designación de Pablo Quirno como nuevo canciller, en lo que interpretaron como un refuerzo de la línea económica en el frente diplomático.






