El Gobierno nacional modificó su discurso tras la derrota en Buenos Aires y encaró el tramo hacia el 26 de octubre con una agenda atravesada por temas sociales que habían generado reveses parlamentarios. En el nuevo esquema, el oficialismo volvió a poner sobre la mesa cuestiones como jubilaciones, financiamiento universitario, emergencia pediátrica y discapacidad, además del reparto de fondos para las provincias.
El Presidente presentó el Presupuesto 2026 como señal de ajuste fiscal y, a la vez, de respuesta a demandas sociales. Sin embargo, sectores afectados cuestionaron los anuncios: organizaciones de discapacidad señalaron que la suba del 5% en pensiones era insuficiente, y universidades públicas, encabezadas por la UBA, rechazaron el veto al financiamiento y convocaron a movilizaciones. En el caso de las jubilaciones, el oficialismo logró sostener el veto en el Congreso, mientras que la pulseada por la emergencia pediátrica sumó oposición de distintos bloques.
En paralelo, el vínculo con los gobernadores quedó en el centro de las negociaciones. La ley que proponía distribuir los ATN por criterios de coparticipación volvió al Senado y será discutida esta semana, mientras la Casa Rosada dejó trascender su intención de mantener el manejo discrecional de los fondos. Con este panorama, la estrategia de Milei apuesta a mantener la polarización con el kirchnerismo y, al mismo tiempo, recomponer puentes con aliados provinciales para sostener la gobernabilidad en un escenario legislativo complejo.