Los sectores enfrentados en la central obrera buscan sumar al líder camionero como aliado clave para definir el congreso del 5 de noviembre. La pelea por la candidatura de Cristian Jerónimo tensó la relación entre Héctor Daer y Gerardo Martínez.
La interna sindical por la conformación de la nueva conducción de la CGT escaló en las últimas semanas y colocó a Hugo Moyano en un rol determinante. Los dos bloques que dividen a la central —el que promueve a Cristian Jerónimo para integrar el triunvirato y la alianza de los “Gordos” con el barrionuevismo— prevén reunirse con el líder de Camioneros, que conduce un gremio con más de 190 mil afiliados y un número decisivo de delegados al congreso previsto para el 5 de noviembre en el estadio de Obras Sanitarias.
La crisis estalló tras la campaña encabezada por Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN) para impulsar la llegada de Jerónimo, lo que provocó la ruptura con Héctor Daer (Sanidad). El episodio más tenso se produjo en una reunión en UPCN, donde Daer y Martínez discutieron a los gritos, evidenciando el quiebre de la alianza que sostuvo a la conducción cegetista durante décadas. Mientras tanto, los “Gordos” y aliados cuestionan la postulación de Jerónimo, al considerar que representa a un gremio con apenas 16 mil afiliados y que responde a una estrategia de Martínez para alinear la CGT con el Gobierno y el sector empresario.
En este escenario, los opositores proponen como alternativa a Jorge Sola (Seguros) o a otros dirigentes de peso como Héctor Morcillo (Alimentación), mientras los defensores de Jerónimo sumaron el apoyo de sindicatos medianos y del líder de UATRE, José Voytenco. La disputa, atravesada también por diferencias políticas frente al gobierno de Javier Milei, amenaza con fracturar la central, aunque dirigentes experimentados aseguran que todavía hay margen para un acuerdo. El desenlace dependerá del posicionamiento de Moyano, considerado la pieza clave para destrabar una interna que ya tomó forma de ruptura.
