Dirigentes del peronismo bonaerense evaluaron la renuncia de José Luis Espert y consideraron que, pese a la repercusión del escándalo, el efecto electoral podría reducirse en un escenario de fuerte polarización. Sostienen que el Gobierno nacional busca capitalizar votos del centro, aunque reconocen un deterioro creciente en la confianza hacia la gestión libertaria y su plan económico.
Según encuestas recientes, La Libertad Avanza había acortado la distancia con Fuerza Patria tras la elección provincial del 7 de septiembre, cuando la diferencia fue de 13 puntos. Sin embargo, tras la salida de Espert y las contradicciones en torno a su vínculo con el empresario “Fred” Machado, investigado por narcotráfico, los números volvieron a ampliarse a los dos dígitos. En el PJ creen que la disputa del 26 de octubre será una elección de extremos, en la que votarán los antimileístas contra los antiperonistas.
Referentes del justicialismo advirtieron que el problema central no radica en el reemplazo de candidatos sino en la figura de Javier Milei y en la situación económica. También cuestionaron la decisión oficial de reimprimir boletas, que implicaría un gasto cercano a 10 millones de dólares con fondos estatales. Para la dirigencia peronista, ese costo se transformará en un eje de campaña contra el Presidente.
Mientras tanto, los candidatos bonaerenses de Fuerza Patria recorren el territorio y piden evitar el triunfalismo, pese a la ventaja alcanzada en septiembre. Señalan que la campaña será “quirúrgica” y que la polarización extrema reducirá los márgenes de error. La expectativa está puesta en el voto final, que definirá si la crisis del oficialismo se traduce en un freno parlamentario al Gobierno nacional.