El ministro de Desregulación, con el respaldo de Luis Caputo, insistió en que la reforma laboral incluya la restricción de esos aportes que financian a los gremios. La central obrera advirtió que no acompañará los cambios.
El ministro Federico Sturzenegger volvió a impulsar la inclusión en la reforma laboral de un punto resistido por el sindicalismo: la limitación de las cuotas solidarias que se descuentan a trabajadores afiliados y no afiliados. Respaldado por el titular de Economía, Luis Caputo, planteó que esos aportes funcionan como “peajes” que reducen el salario neto y encarecen la contratación de personal. Según sus estimaciones, los principales gremios recaudan casi $2 billones al año gracias a este mecanismo.
Las cuotas solidarias se generalizaron en los años 90 y están contempladas en la Ley 14.250 de Convenciones Colectivas de Trabajo. En la práctica, empresarios y gremios pactaron aportes obligatorios para todos los trabajadores beneficiados por los convenios colectivos, lo que permitió sostener el financiamiento sindical frente a la caída de la afiliación. El intento de limitar este recurso ya había estado en el DNU 70 y en el borrador de la Ley Bases 2024, pero la presión gremial logró que se eliminara de los textos.
La propuesta generó una respuesta inmediata de la CGT. El cotitular Héctor Daer aseguró que si el Gobierno busca reinstalar el artículo, la central obrera no negociará y avanzará en la construcción de mayorías parlamentarias para bloquearlo. En la misma línea, Gerardo Martínez de la UOCRA calificó la iniciativa como la reedición del capítulo laboral del decreto 70, “una decisión inconsulta que la CGT rechazó y logró frenar en la Justicia”. La discusión vuelve a tensar el vínculo entre el oficialismo y el sindicalismo en la previa del debate legislativo por la reforma laboral.
