La conducción porteña de Jorge Macri intenta ordenar la agenda legislativa luego de la incertidumbre generada por el pacto político-electoral con La Libertad Avanza (LLA). Con una Legislatura fragmentada y sin mayoría propia, el oficialismo necesita acuerdos para avanzar con la baja de impuestos, una moratoria impositiva y el Presupuesto 2026.
En el PRO reconocen que la salida de Néstor Grindetti como jefe de Gabinete debilitó el vínculo entre el Ejecutivo y la Legislatura. Ahora la interlocución recae en Ezequiel Sabor, quien negoció con la legisladora libertaria Pilar Ramírez las condiciones del nuevo frente. Sin embargo, dirigentes de LLA aclaran que la alianza es de alcance nacional y que en el plano local las posiciones seguirán siendo independientes, sin compromiso de votar en bloque los proyectos del oficialismo.
Los principales puntos en discusión son la reducción gradual de Ingresos Brutos, que el año pasado dividió a los bloques; la implementación de una moratoria para deudas menores, trabada por un amparo judicial; y la elección de autoridades legislativas en diciembre, en particular la vicepresidencia primera, que administra una caja millonaria y es clave para negociar consensos.
El nuevo mapa legislativo desde diciembre muestra a Unión por la Patria / Es Ahora Buenos Aires con 20 bancas, LLA con 13, PRO (Vamos por Más) con 11, UCR-Evolución con 5, Volvamos Buenos Aires con 3, Confianza Pública con 2, Frente de Izquierda con 2, MID con 2 y dos monobloques más. Con el quórum fijado en 31 legisladores, ninguna fuerza lo alcanza por sí sola, lo que anticipa un período de negociación permanente para aprobar leyes o bloquear iniciativas.
