El líder de Camioneros, Hugo Moyano, busca reforzar su influencia en la futura conducción de la CGT y desplazó a dos dirigentes de su gremio. En paralelo, su hijo Pablo Moyano festejó el ascenso de Deportivo Camioneros a la Primera B Metropolitana.
Con 81 años, Hugo Moyano mantiene su protagonismo en la interna sindical. Para la elección del 5 de noviembre, impulsó a Octavio Argüello para continuar en el triunvirato de la central obrera, o bien a su hijo Jerónimo para ocupar la Secretaría de Juventud. Esta postura chocó con los sectores conocidos como “Gordos” e “independientes”, que promueven a dirigentes más jóvenes como Cristian Jerónimo y Jorge Sola. En el mismo movimiento interno, el camionero desplazó de la comisión directiva a Claudio Balazic y Paulo Villegas, secretarios Administrativo y Tesorero, respectivamente.
Mientras tanto, Pablo Moyano, distanciado de su padre desde 2021, logró un triunfo deportivo. El club Deportivo Camioneros, que preside desde su salida de la CGT, venció 3 a 1 a Ituzaingó y consiguió el ascenso a la Primera B Metropolitana. En el equipo jugaron sus hijos Facundo y Nicolás, consolidando en once meses dos ascensos consecutivos. Desde las redes sociales, Pablo celebró el logro y lo vinculó a la coyuntura política, planteando la necesidad de que el peronismo regrese al poder en 2026 y en 2027 con un nuevo liderazgo nacional.
En paralelo, las tensiones internas en Camioneros se profundizaron. Hugo Moyano buscó sostener a Argüello en la conducción de la CGT, aunque algunos aliados interpretaron esa presión como una forma de negociar la Secretaría de Juventud para su hijo menor. También se sumaron conflictos con dirigentes históricos del sindicato, entre ellos José “Teta” Garnica, cuestionado por la reacción de los recolectores tras un acuerdo con el gobierno porteño que eliminó indemnizaciones. En este tablero de disputas, el único que celebró sin condicionamientos fue Pablo Moyano, que encontró en el fútbol un espacio de éxito alejado de la interna sindical.
