La jueza Servini desplazó a la conducción que respondía a Patricia Bullrich y dejó el partido en manos de una línea cercana a Mauricio Macri. En Córdoba señalan al «Tano» Angelici como el operador clave de una movida que podría sellar un acuerdo con Rodrigo de Loredo.
La decisión judicial que desplazó a Oscar Agost Carreño de la conducción del PRO cordobés encendió las sospechas sobre una maniobra orquestada por el operador macrista Daniel Angelici. El movimiento favorece al sector que responde a la diputada Soher El Sukaría y habilita un posible acuerdo electoral entre el PRO y el radicalismo que lideran Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer.
La intervención del partido, firmada por la jueza María Servini, fortaleció a la línea interna alineada con Mauricio Macri, que ahora promueve sanciones contra los dirigentes que colaboran con el gobernador Martín Llaryora. Aunque el expresidente no aparece involucrado directamente, en Córdoba atribuyen la jugada al “Tano” Angelici, viejo amigo de Ferrer, con quien comparte vínculos en el ámbito judicial. Angelici había estado en la provincia semanas atrás, en un evento jurídico con fuerte presencia de la UCR, aunque evitó mostrarse con Ferrer, quien se encontraba en el exterior.
La reconfiguración política busca reposicionar a Juntos por el Cambio con vistas a las legislativas de 2025. De Loredo, hoy distanciado de los libertarios, se entusiasma con reconstruir un frente con el PRO, lo que podría dejar afuera a dirigentes como Laura Rodríguez Machado, actual aliada de Javier Milei. En paralelo, la interna radical también se recalienta: sectores cercanos a De Loredo presionan para desplazar a Ramón Mestre del armado provincial, en lo que podría ser una renovación de la oferta opositora tradicional en Córdoba.
