El gobernador de Tucumán advirtió sobre el impacto del ajuste en su provincia y criticó el modelo económico libertario. Alertó que el Gobierno no podrá sostenerse sin el apoyo de los gobernadores.
Osvaldo Jaldo oficializó su distanciamiento del gobierno de Javier Milei con duras críticas a las políticas económicas que afectan a las provincias. “La macro es importante, pero no suficiente”, dijo el tucumano al reclamar que la Nación incluya a los distritos en la estrategia de desarrollo. Tucumán atraviesa una fuerte crisis industrial tras el cierre de la planta de Scania y la paralización de la fábrica de Topper, lo que motivó al gobernador a endurecer su postura: “No se puede pretender que le vaya bien al Gobierno nacional mientras a las provincias nos va mal”.
La ruptura con Milei marca un giro en el rol que Jaldo tuvo durante el primer año del gobierno libertario, cuando apoyó leyes clave como la Ley Bases y se convirtió en un aliado clave en el Congreso. Sin embargo, en los últimos meses empezó a tomar distancia y votó en contra del oficialismo en temas sensibles como jubilaciones, moratoria previsional y discapacidad. “O nos va bien a todos, o nos va mal a todos. El Presidente no va a poder gobernar si no lo hace con los gobernadores”, afirmó.
La escalada de tensión se da en la previa a una reunión clave de mandatarios en el Consejo Federal de Inversiones, donde se debatirá el derrumbe de la coparticipación, el impuesto a los combustibles y los ATN. En Tucumán, además, se agita el clima político: Karina Milei impulsa una lista libertaria local y Jaldo busca reagrupar al peronismo con Juan Manzur y Pablo Yedlin, quienes le reclamaban un gesto opositor. Ese gesto llegó, y marcó el inicio de un nuevo mapa político en la región.
