Mientras un sector mayoritario reunió a 150 dirigentes en un asado en Ezeiza, la dirigencia kirchnerista se concentró en la sede del PJ para exigir un proyecto político antes de definir nombres en la nueva conducción.
Este miércoles la CGT exhibía su división con dos encuentros en paralelo. En el camping de SETIA en Ezeiza, alrededor de 150 líderes sindicales participaron de una comida que dio inicio al proceso electoral de la central, que concluirá con el congreso del 5 de noviembre. En simultáneo, un grupo de gremialistas kirchneristas encabezados por Abel Furlán (UOM), Ricardo Pignanelli (SMATA) y Sergio Palazzo (Bancarios) se reunió en la sede del PJ nacional, donde reclamaron discutir un programa antes de cerrar acuerdos de nombres.
El bloque mayoritario de la central contaba con el apoyo de los denominados “Gordos”, los independientes, el moyanismo, el barrionuevismo y sectores aliados como judiciales, alimentación y UDA. Allí circulaban nombres para integrar un nuevo triunvirato, entre ellos Cristian Jerónimo, Jorge Sola y Maia Volcovinsky. En contraste, los dirigentes kirchneristas buscaban instalar la idea de una conducción única con Furlán como candidato, y cuestionaban a varios de los postulados por sus rivales, incluso acusándolos de responder a intereses empresarios.
El contraste entre ambas convocatorias reforzaba la hipótesis de un quiebre en la unidad sindical. En Ezeiza se mostraron figuras como Hugo Moyano, Héctor Daer, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y Luis Barrionuevo, mientras que en el PJ estuvieron Palazzo, Pignanelli, Moser y Di Próspero, entre otros. Aunque desde cada sector se reivindicaba la legitimidad de sus movimientos, la decisión final dependerá de la votación en el congreso de noviembre, tras la reunión del Comité Central Confederal prevista para el 18 de septiembre y el Consejo Directivo que sesionará este jueves en la sede de la CGT.
