El Gobierno encaró una semana clave para cerrar acuerdos sobre Presupuesto, reformas impositivas, cambios laborales y ajustes en el Código Penal, mientras avanza una estrategia paralela para reducir la influencia de Unión por la Patria en ambas Cámaras.
La Casa Rosada abrió una ronda final de reuniones encabezadas por Manuel Adorni y Diego Santilli para definir los apoyos legislativos que necesita el paquete de reformas impulsado por Javier Milei. En la mesa de negociación figuran modificaciones a la Ley de Glaciares, avales para créditos internacionales y la promesa de obras e infraestructura, además de definiciones sobre deudas previsionales. El objetivo oficial es consolidar una mayoría estable que respalde la agenda económica.
En paralelo a la negociación institucional, el Gobierno desplegó una ofensiva política para restarle poder a Unión por la Patria, bloque que desde diciembre quedará cerca de los 90 diputados y 25 senadores. Los encargados de esa tarea son Martín Menem y Patricia Bullrich, quienes buscan sumar voluntades para arrebatarle al peronismo la primera minoría y asegurarse el control de comisiones y autoridades parlamentarias. En la Casa Rosada afirman que podrían contar con 44 senadores dispuestos a acompañar las reformas.
El Senado se encamina a un escenario inédito, con un peronismo que podría perder incluso el tercio que habilita vetos a designaciones judiciales. El oficialismo impulsa a Nadia Márquez para la Presidencia Provisional, aunque su designación dependerá de acuerdos con radicales y gobernadores. Entre ellos, el caso más decisivo es el de Gerardo Zamora, que mantiene hermetismo sobre su postura y concentra las expectativas de ambos lados. En este clima, la Casa Rosada confía en consolidar una mayoría que permita avanzar con su plan de reformas y alterar el mapa legislativo desde esta misma semana.
